No recuerdo exactamente su respuesta pero a buen seguro que me aprobaría si digo que lo resumió en tres cosas: Buenas condiciones de acogida + Pedagogía + Descubrimiento.
Lo que sí recuerdo muy bien de su respuesta fue su comentario final. Pero a todo esto hay que añadir “la touche”, es decir el toque personal del bodeguero, la carga emocional propia que debemos transmitir, añadiría yo. Un sabor diferente que cada hombre o mujer del vino, aportaremos de forma distinta, que personalizará nuestra presentación con nuestro calor y nuestra impronta y que a buen seguro coincidirá en gran medida con nuestra forma de hacer el vino o de entenderlo.
Este fin de semana he tenido ocasión de redescubrir de nuevo, y una vez más, La Rioja. Un grupo de amigos amantes del vino y más amantes aún de las emociones nos dirigimos hacia Haro. Sábado. Una visita a las bodegas Muga. Gran profesionalidad de la guía y de repente, el hombre que rápidamente se convierte en amigo, Isaac Muga. Una mesa, unos vinos. La conversación fluye rápida, tanto como sus palabras. Habla y nos encandila. Es su “touche”. Amamos el vino y cuando podemos departir con un bodeguero nos dejamos embriagar por su arte, el mismo que transmite a sus vinos. Escuchamos a Isaac Muga, como artista del vino y nos emocionamos con sus anécdotas, con sus palabras, con sus bromas, con esa naturalidad de quienes saben extraer de la uva toda la magia que a nosotros nos atrapa. El toque Muga es lo que nos gusta de sus vinos, el mismo que descubrimos en su trabajo, el mismo que disfrutamos sentados a la mesa, el mismo que caracteriza su forma de recibirnos y atendernos.
Yo creo que hablar de “la touche” no equivale a hablar de nada extraordinario, simplemente AUTÉNTICO.
(C) Alicia Estrada
La verdad es que estuviste, para mi, en una de la mejores bodegas de La Rioja.
ResponderEliminarNunca ningún cliente se nos ha quejado de su atención.
Y sus vinos... aun recuerdo un Muga Blanco que probé hace ya 2 años
Delicioso.
Lo mejor es que alma, corazón y vida vayan paralelos a la vida personal y profesional.
Así nunca se defrauda a nadie.
Y que eso además se embotelle... es lo mas mágico del enoturismo
Pues yo aún recuerdo un Prado Enea servido por el mismo Isaac Muga y en compañía de un buen grupo de amigos. ¡Tan emocionante el vino como la compañía!
ResponderEliminarSin duda, una magnífica bodega y el privilegio de visitar una tonelería, los tinos de madera, ver los trasiegos... Sin conocerlo a fondo, diría que un buen producto.
Saludos Manel, hasta pronto.