Además del consabido work-shop entre compradores y vendedores, tuvimos la oportunidad cada uno de los operadores, de contar nuestra experiencia profesional con el enoturismo y presentar nuestra empresa. Por supuesto disfrutamos de muchos momentos para acercarnos a lagares, bodegas, casas rurales, hoteles… con oferta enoturística. De las bondades de la restauración montillana, de su variadísima oferta y de sus deliciosos postres, no voy a escribir nada –tendría tanto que decir-. Simplemente os invito a conocerlos en primera persona.
Me gustó Montilla-Moriles. Me gustó mucho el empuje de las mujeres ante los proyectos de enoturismo y su compromiso con el territorio. No es que no hubiera hombres, los había, pero me topé con un grupo de mujeres cargadas de vitalidad, de compromiso con su proyecto y esto siempre es muy destacable. Me encantó conocer a Rafaela, propietaria de una preciosa casa rural del siglo XVI, Finca Buytron , (Me bautizó como “estrellitas” por que no paré de informar sobre las altas y bajas de las estrellas Michelín). Me gustó mucho visitar la Bodega Perez Barquero de la mano de Adela Córdoba, su directora de marketing y de Teresa Portero. Me alegro mucho de haber loado sin ningún pudor su Pedro Ximénez de Finca La Estacada “una experiencia entre celestial y sublime”, sí, creo que eso les dije. Me gustó la fuerza de Charo Jiménez enseñándonos su Lagar de La Primilla y otros tantas amigos y amigas que nos mostraron sus casas y sus proyectos con mucho cariño y enorme profesionalidad.
Creo que encontrar dentro de una feria dirigida al cliente final, un apartado para el encuentro de profesionales compradores y comercializadores, es también un acierto y entiendo el esfuerzo que esto significa para la organización, esfuerzo que en gran medida le debemos a otras mujeres, las de Bacustravel. No me quiero olvidar tampoco en este apartado de Arturo Barbero, de Drakond , cuyas notas de cata, en documento escrito, con todos los vinos degustados, fueron realmente útiles y generadoras de experiencia y buen recuerdo.
Tuvimos ocasión de conocer el proyecto de la Ruta Montilla Moriles más a fondo y me pareció especialmente destacable el desarrollo de la Red Vinarea, unos espacios en torno a la cultura del vino, jalonando los distintos pueblos de la ruta y que permitirán dar coherencia al proyecto y reforzar la territorialidad de éste. Cada espacio está tematizado en torno a un elemento diferenciador: arte moderno, gastronomía, arqueología, naturaleza etc. Lo mejor es que su apertura está prevista para el 2010, así que espero los disfrutemos enseguida.
Podría señalar muchísimos aspectos que me llamaron la atención. Una buena señalización en general, bien diseñada además; productos enoturísticos muy cohesionados en torno al Pedro Ximénez como catalizador que yo creo que aún hay que reforzar más y destacar como elemento diferenciador; un enorme patrimonio cultural y patrimonial en torno a la cultura del vino: lagares, gastronomía muy diferencial, formas de hacer el vino enraizadas con el pasado como los vinos de tinaja; y cómo no el gran valor patrimonial y arqueológico de los vinos criados bajo velo de flor y sin encabezar, algo único en el mundo.
Por último, no querría terminar este rápido repaso, sin enviarles un abrazo muy grande a mis compañeros de ruta, a Carlos Serra Bruguera y a su esposa , dos expertos en oleoturismo y aceite; a Natalia Gracia y Javier de Somontano , a Gemma y a Ignacio Galañena de Entrevinos y cómo no a Pilar Mora del Incaming del Corte Inglés, unidas para siempre por la maloláctica y los polifenoles, cuyas vidas, Dios y los enólogos, guarden muchos años.
Volveremos.
(c) Alicia Estrada. 2009.
(c) Alicia Estrada. 2009.