Con esta simple indicación se me viene inmediatamente a la cabeza una pregunta. ¿Qué hago yo si tengo un negocio enoturístico en una DO escasamente conocida? Podría evidentemente limitarme a captar negocio próximo de enoturistas de mi zona, pero salvando proyectos de impronta muy local me vería condenado a un crecimiento escaso y muy limitado
Pienso ahora en DO catalanas como Montsant o Pla del Bages o DO como Arribes de Duero que está tirando de una ruta a medias con sus vecinos portugueses. ¿Les va a ser fácil abrirse camino en un mundo plagado de DO mucho más asentadas? A mi me parece que no.
Creo que muchas administraciones debieran hacerse un replanteamiento en este sentido, especialmente cuando hablamos de promoción en mercados internacionales o cuando nos dirigimos a sectores de enoturistas ocasionales (muchos, por cierto). Respetando las DO y sus peculiaridades, es muy difícil vender y comercializar productos enoturísticos de territorios con escasa notoriedad o incipientes. Se ha hablado mucho de si se debiera vender Enoturismo con la marca Catalunya, y aunque es verdad que esto podría favorecer a una DO concreta, me parece que los perjuicios serían mucho menores que las ventajas.
Me gustaría aportar un ejemplo para defender esta tesis. En Francia existen casi 500 AOC más las llamadas “Appellations de pays”, un galimatías. Cuando la Maison de la France, el máximo órgano de promoción del turismo francés, fuera de sus fronteras decidió apoyar el enoturismo, englobaron todos los productos franceses de turismo enológico en 17 territorios o “Vignobles”. Por ejemplo todo el enoturismo de la zona de Burdeos Aquitania quedó reducida a enoturismo en Bordeaux y enoturismo en Bergerac. C’est tout. En el medio “se cargaron” los Sauternes, los Saint Emilion y tantas otras estrellas incuestionables en el firmamento vitivinícola.
¿Nosotros podríamos pensar en algo parecido? ¿Cuáles serían esas marcas locomotora que podrían tirar del enoturismo en España? Seguro que las respuestas no son muy difíciles.
Pienso ahora en DO catalanas como Montsant o Pla del Bages o DO como Arribes de Duero que está tirando de una ruta a medias con sus vecinos portugueses. ¿Les va a ser fácil abrirse camino en un mundo plagado de DO mucho más asentadas? A mi me parece que no.
Creo que muchas administraciones debieran hacerse un replanteamiento en este sentido, especialmente cuando hablamos de promoción en mercados internacionales o cuando nos dirigimos a sectores de enoturistas ocasionales (muchos, por cierto). Respetando las DO y sus peculiaridades, es muy difícil vender y comercializar productos enoturísticos de territorios con escasa notoriedad o incipientes. Se ha hablado mucho de si se debiera vender Enoturismo con la marca Catalunya, y aunque es verdad que esto podría favorecer a una DO concreta, me parece que los perjuicios serían mucho menores que las ventajas.
Me gustaría aportar un ejemplo para defender esta tesis. En Francia existen casi 500 AOC más las llamadas “Appellations de pays”, un galimatías. Cuando la Maison de la France, el máximo órgano de promoción del turismo francés, fuera de sus fronteras decidió apoyar el enoturismo, englobaron todos los productos franceses de turismo enológico en 17 territorios o “Vignobles”. Por ejemplo todo el enoturismo de la zona de Burdeos Aquitania quedó reducida a enoturismo en Bordeaux y enoturismo en Bergerac. C’est tout. En el medio “se cargaron” los Sauternes, los Saint Emilion y tantas otras estrellas incuestionables en el firmamento vitivinícola.
¿Nosotros podríamos pensar en algo parecido? ¿Cuáles serían esas marcas locomotora que podrían tirar del enoturismo en España? Seguro que las respuestas no son muy difíciles.
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