Tenía un montón de lectura atrasada. Recientemente hice una pequeña escapada para catar vino de Suiza (qué maravillosa sorpresa el Viñedo de LAVAUX , declarado patrimonio de la UNESCO) y Selva Negra, y tantos días de felices libaciones báquicas (Como dicen los franceses), hicieron que se me amontonara el trabajo. Sólo quería compartir con vosotros, un texto cargado de optimismo que recientemente apareció en la revista digital Hosteltur, en torno a nuestro tema favorito, el enoturismo. Como creo que a todos nos viene bien una dosis de ánimo, “voilà” el artículo de Noelia Cedrés, que titulan “Enoturismo, un negocio rentable con buenas perspectivas”.
El enoturismo español cobra cada vez más fuerza entre los turistas nacionales e internacionales. Las Rutas del Vino se imponen entre las ofertas de las comunidades, y las Administraciones, junto al sector privado buscan aprovechar este potencial para atraer visitantes que repercutan positivamente en la economía de la región.
Actualmente la situación de muchas bodegas es crítica debido a los excedentes y a los recortes de los precios por la caída de la demanda del mercado interior. Por ello, además de una diversificación de la oferta, el enoturismo se plantea como una alternativa económica para estas empresas y al parecer está dando resultado. El Penedés catalán es, con casi medio millón de visitantes en 2008 fue uno de los destinos con más éxito, si bien hay que tener en cuenta que en esta comarca tienen su sede tres de las bodegas españolas más visitadas: Codorniú, Freixenet y Torres.
Para Angels Piñol, gerente del Consorcio de Promoción Turística del Alt Penedés, esa cifra es el fruto de años de trabajo, "hemos sembrado para recoger esto", dice, si bien entiende que el auge no ha hecho más que empezar. "Nuestros cavas y vinos son la excusa para conocer este territorio, su cultura y paisajes", destaca. "Creemos en el enoturismo", insiste. El mismo convencimiento tienen en Andalucía. "La cultura del vino añade un plus de calidad a nuestra oferta turística", comenta Antonio Muñoz Martínez, director general de Planificación y Ordenación Turística de la Junta. "Hay que mimar -dice- el turismo del vino", y convencer a los grandes operadores turísticos sobre las oportunidades de negocio "claro" que existe.
En busca de una marca consolidada Por su parte, Mercedes Cantalapiedra, concejala de Cultura, Comercio y Turismo del Ayuntamiento de Valladolid ha manifestado que "Aún falta el último empujón para que podamos considerarla una actividad plenamente consolidada, pero ya se ha demostrado que no se trata de una moda, aunque inicialmente pudiera parecerlo, sino de un tipo de turismo totalmente establecido, rentable y con muchas perspectivas de futuro". Fue hace cuatro años cuando, al amparo del prestigio y la calidad de los vinos de Ribera del Duero, y de otros valores gastronómicos, monumentales y culturales de la zona, el Ayuntamiento de Valladolid decidió aunar esfuerzos -bodegueros, empresarios hosteleros, agencias de viajes...- para convertir la ciudad y su provincia en un "referente enoturístico". Los resultados son satisfactorios, con veinte mil visitantes más en 2008 respecto al año anterior y unos ingresos anuales de unos veinte millones de euros, destaca Mercedes Cantalapiedra. "El vino y la gastronomía -insiste- son dos de nuestros principales reclamos turísticos".
"Es el eje fundamental de la actividad turística riojana", asegura Mónica Figuerola, directora general de Turismo de una Comunidad que considera al vino como "un complemento ideal de otros grandes productos como la naturaleza, la historia, el arte, la gastronomía....Es un gancho importantísimo". Innovación Por otra parte, la Rioja Alta será uno de los primeros destinos turísticos de interior en poner en marcha proyectos de I+D+i, enfocados sobre todo al enoturismo.
Ello será posible gracias a una iniciativa puesta en marcha por la Asociación para el Desarrollo de la Rioja Alta (ADRA), un clúster turístico integrado por 60 empresas, la mayoría pymes. Entre otros proyectos se creará un centro de logística y distribución de venta de vino y productos locales, enfocado a los turistas que visitan la región pero no quieren o no pueden transportar ellos mismos los artículos que adquieren en las bodegas o las tiendas de la zona. También se han previsto nuevas aplicaciones de sistemas de información geográfica, para enviar información de interés turístico a través de dispositivos móviles.
¡Qué interesante lo del clúster (palabra de moda donde las haya) y lo de los DISPOSITIVOS MÓVILES ¡a mi que me suena de algo!
(c) Alicia Estrada, 2009.
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