Estaba hoy actualizando un documento de trabajo que resume todo un cuestionario de preguntas que utilizo internamente cuando debo comenzar a realizar un proyecto con un territorio. Para evitar posibles despistes y subsanar alguna carencia, lo he contrastado con otro vademécum, eso sí, de tipo institucional. Exactamente con un documento de Vintur y las rutas europeas del vino.
En mi cuestionario yo dedico un capítulo entero al tema de los guías turísticos y enoturísticos en el territorio. En el documento de Vintur, se habla ciertamente de agencias receptivas pero ni una palabra de guías y me parece que esto es lo habitual cuando de enoturismo hablamos.
Creo que aquí volvemos a topar con la cuestión clásica de las distancias que separan a los profesionales del vino y los del turismo. Para nosotros, profesionales del viaje y las emociones, el papel del guía turístico es clave. Un buen guía y sobre todo una buena empresa de guías, puede ayudarnos incluso a montar un producto donde no existe. Un mal guía, te descalabra el mejor viaje. La ausencia de guías turísticos te complica enormemente la organización de un viaje para un grupo.
No entiendo que las DO y los entes de la administración turística, no tengan una preocupación mayor por este tema. Me gustaría abogar desde aquí y si puedo lo haré en otros foros, por la formación de guías específicos de enoturismo en los distintos territorios. Guías que puedan aunar conocimientos turísticos, geográficos, históricos.... con conocimientos sobre vino, vinificación, territorio, varietales, procesos, catas etc. Y que además sepan dinamizar grupos, hacer una acogida apropiada para cada tipo de visitantes etc. Y lo hagan en distintos idiomas.
No estamos hablando de enólogos o técnicos, estamos hablando de profesionales del turismo con excelentes conocimientos del producto y la cultura del vino y la gastronomía. Seguramente estos guías no podrán realizar las catas más técnicas pero las bodegas y los territorios tendrían en la mano una buena herramienta de comercialización de sus espacios, un problema menos cuando se trata de contratar personal a tiempo parcial o por servicios pues estos profesionales podrían atender a numerosas bodegas según las necesidades de cada una.
En estos tiempos además de despidos, crisis y aumento del número de parados, dinamizar proyectos de este tipo podría resultar un apoyo a la comunidad local, especialmente en el caso de jóvenes que conocen idiomas y a los que les cuesta acceder a un puesto de trabajo.
¿Qué opinais de este tipo de iniciativas? ¿Podrían ser válidas?
(c) Alicia Estrada
Totalment de acuerdo, Alicia, pero el tema quizas este en este caso en la formación de estos guias, es decir, ¿quien se cuida de hacer-lo?. Quiza seria interesante, como una idea, que las agrupaciones de cooperativas, Los empresarios vitivinicolas, Los empresarios de Cavas, Etc. financiaran la formación de los actuales guias turisticos, para implementar en su trabajo estas facetas, puesto que estos guias, en teoria ya tienen practicas en la dinamización de grupos.
ResponderEliminarEs una idea.
Saludos
Tienes toda la razón Albert. Comparto que la iniciativa tendría que partir de los propios interesados pero me parece que hay formas de dinamizar esto, repartiendo costes.
ResponderEliminarHay formación ocupacional, hay escuelas que imparten módulos de FP (no sé si ahora se llaman de otra forma), hay escuelas de turismo que podrían entrar en este tipo de formación complementaria. Y seguro que hay montones de jóvenes que pueden conocer idiomas y el mundo del vino que estarían dispuestos a formarse en este sentido. No me parece un proyecto complejo, pero hay que aunar bastantes voluntades, eso sí.
Saludos.
Alicia.
Hola Alicia,
ResponderEliminarVuelves a dar en el clavo. (Bajo mi punto de vista) Y es poque, volvemos a aquella covensación "digital", hay que pensar en turismo. A veces, quién te enseña la bodega puede tener unos conocimientos muy grades, pero si no es un buen comunicador, si no sabe hablar a los visitantes que tiene (dependiento del target, jubilados, niños, jóvenes, etc)la visita no dejará de ser una mera vuelta por una bodega, que al fin y al cabo es igual que las demás. El guía tiene que saber conectar con los visitantes, y es el reponsable de trasmitir la emoción del vino que allí se elabora.
Esto lo hablamos en su día en La Rioja, el contratar a unos guías que hicieran las visitas a las bodegas, porque el problema de algunas bodegas era el dejar de hacer tu trabajo diario para realizar la visita. Al final se quedó en un debate. Incluso tuvimos la ocasión de charlar con una empresa de guías turísticos, que nos explicaron la necesidad de tematizar las visitas. Ellos eran actores y actrices que teatralizaban las visitas, inclible, no te puedes hacer una idea la sensación tan buena que me diron. Nos mostraron parte de su trabajo que estaban haciendo con una visita guiada por Zaragoza.
En definitiva hay que vender un producto turístico muy profesional y cuanto más encantado quede el visitante, "´MAS VINO COMPRARÁ"
Un abrazo.
Javier