He pasado unos cuantos días sin escribir en mi blog. Primero el congreso de enoturismo en Sitges, en el que realicé una ponencia sobre el turismo del vino y su relación con el sector turístico de organización de eventos y después Fitur.
Dudé en acudir a Fitur este año. Los pronósticos de huida de los grandes operadores y la crisis, enrarecían el ambiente. Finalmente pasé día y medio brujuleando entre el mundo de los viajes de empresa y el enoturismo, viendo viejos amigos y conociendo a otros. Referente a enoturismo aprecié un gran esfuerzo por parte de ACEVIN de presentar en público y con diferentes convocatorias para prensa y profesionales, las distintas rutas que van haciendo crecer su portafolio. ¿Oferta? Variada y no diré que escasa pero aún empezando a despegar.
Me sorprende la gran cantidad de operadores que se llaman de enoturismo cuyos productos tienen de vino, el que se desarrollan en territorios vitivinícolas y poco más. Ver las estrellas y terminar con una degustación de vinos o pasar el día haciendo bicicleta y atravesando algunos viñedos, no creo que pueda llamarse turismo enológico, si no se añade nada más. El enoturismo tiene que incidir de alguna forma en la cultura del vino, en cualquiera de las múltiples variantes que el vino nos ofrece: historia, patrimonio, tradiciones, producto, paisaje, folklore, arte, gentes etc. Por supuesto no me parece nada mal que existan estos operadores y esta tipología de productos, lo único que defiendo es que no se metan en el saco del enoturismo pues con ello sólo conseguiremos confundir a los visitantes y minimizar los esfuerzos que ahora estamos haciendo desde el enoturismo.
Otra constatación. El producto está muy disperso. Se ve desde la administración un esfuerzo por aglutinar en torno a las rutas, los distintos productos y operadores de los destinos enoturísticos pero cuando nos acercamos a la comercialización, ésta aparece como un enjambre que puede resultar difícil de eslabonar tanto para turistas como para profesionales. Por supuesto hay excepciones. Tuve ocasión de asistir a la presentación de vinos de Jerez y siempre me parece que sacan “cabezas” a otras muchas DO en esto de comercializar y segmentar sus productos.
Tuve ocasión de estar con Xavier y Núria de Natura y me alegro de ver que cuentan con un importante producto en torno al vino, con las dificultades añadidas de cubrir todo el estado e incluso abrirse a otros países como Francia. No es una labor fácil, desde luego y posiblemente estemos hablando del único “gran” touroperador especializado que tenemos en este país. (Todo lo grande que se puede ser en este sector).
Para terminar deciros que a pesar de la crisis y los malos augurios, creo que hay optimismo en torno al enoturismo. El sector vitivinícola va haciendo apuestas cada vez más profesionalizadas por el turismo y nosotros vamos poco a poco creyendo que se trata de un producto que los profesionales podemos comercializar. Me parece que todos estamos especialmente ilusionados con la llegada del enoturismo al sector de los eventos... pero esto es otro tema que nos dará para hablar largo y tendido.
© Alicia Estrada.
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