A este propósito escribía el otro día en la Revista para viajeros de negocios GEBTA Travel Magazine (página 18) acerca de un estudio que recientemente ha elaborado la cadena hotelera Tryp sobre las tendencias del sector MICE (las siglas inglesas de reuniones, incentivos, congresos, eventos). Os invito a compartir las reflexiones y conforme vayáis leyendo, decidme si realmente el enoturismo nos sería un buen producto para este segmento.
Más destinos domésticos y menos internacionales. Cerca de un 60% de las empresas eligen destinos cercanos como primera pauta para ahorrar en los costes de transporte y en el tiempo de duración de las convocatorias. Las características que más valoradas en los destinos elegidos son: una moneda fuerte, infraestructuras e instalaciones adecuadas y un servicio excelente.
Con la primera parte no tendríamos ningún problema en enoturismo: destinos cercanos. Creo que incluso aprobaríamos bien el tema de las instalaciones. Tengo más dudas sobre el servicio que exigen este tipo de viajero. Especialmente por desconocimiento de necesidades, no evidentemente por ganas de hacer bien el trabajo.
La restauración cobra cada día más importancia para el cliente MICE. Las empresas buscan una reducción del tiempo destinado a la comida y tienden a elegir menús saludables, con cuidada presentación y calidad.
Creo que aquí nos podrían poner un sobresaliente. Nuestras empresas de enoturismo están ubicadas en entornos rurales donde los productos de proximidad y de calidad pueden constituir la base de la gastronomía. Tenemos buenos restaurantes, experiencia en catering… Sin problemas para que el enoturismo triunfe en este campo.
Aparece la figura de los "conventives", una mezcla entre el viaje de incentivo y las convenciones internas, que permite reducir el número de eventos corporativos anuales. En este sentido, las reuniones han pasado a ser más austeras y centradas en el contenido.
Tenemos salas en las bodegas donde se puede trabajar, hoteles con instalaciones para eventos, sedes singulares tematizadas en torno al vino, aceite etc. y en estos entornos resulta muy sencillo hilvanar la formación con actividades lúdicas como salidas al viñedo, outdoor en las proximidades, catas. Si alguien quiere organizar un “conventive” podemos resultar una opción óptima para conseguir los objetivos de nuestros clientes y optimizar el presupuesto.
Recorte del número total de días y noches de las estancias (-49%). Para los eventos locales y más pequeños de carácter formativo, las empresas tienden a concentrar los programas, de manera que han aumentado mucho las citas de una sola jornada y sin pernoctación.
¡Estupendo! Tenemos un buen número de Rutas del vino muy próximas a ciudades como Barcelona o Madrid. Los vascos tienen las Riojas, Navarra a la puerta de casa, etc… El tren de alta velocidad nos está ayudando en esta labor. Podemos ofrecer muchísimas opciones para eventos de 1 ó 2 días, con desplazamientos muy cortos.
Sólo el 10% de clientes solicita presupuestos adicionales sobre oferta complementaria de ocio y cultura durante la estancia, frente a los 6 que lo hacían antes de la crisis.
¡Claro! La crisis ataca pero nosotros podemos ofrecer actividades muy económicas dentro de las propias instalaciones. Es nuestra ventaja. La oferta cultural y de ocio pueden encontrarla en el mismo sitio donde trabajan y almuerzan e incluso algunos donde se alojan. Podemos dar más por menos.
Green meetings! Trabajando en verde.
¿Green? Muchos de nosotros podemos hablar de agricultura sostenible, de biodinámica, de ecología… Y creo que cualquier empresa que trabaje en el mundo del enoturismo podrá hablar de la tierra, del paisaje, de la forma de sostener la presión urbanística, de la defensa del sector primario y de un estilo de vida que se está perdiendo, de las tradiciones etc.
Desde el punto de vista económico, existe también una preocupación creciente por medir el retorno de la inversión (ROI). Y para ahorrar, las empresas españolas comienzan a igualarse a las europeas y compran más paquetes con precio y servicios cerrados en detrimento de los servicios sueltos y el ultradiseño de eventos exclusivos.
La medición del retorno de la inversión es una obsesión actualmente en la organización de eventos (¿Y en dónde no? Aunque esta labor corresponde más al organizador del evento que al propio proveedor, ofrecer paquetes de reuniones flexibles, modulares, abiertos, con precios perfectamente establecidos y fáciles de calcular… nos puede facilitar el éxito como empresas organizadoras de eventos enoturísticos. Pero evidentemente esto exige también una profesionalización de los trabajadores que se encargan del enoturismo en las bodegas. La formación turística es seguramente uno de los grandes retos del sector y mucho más cuando se quiere abordar la conquista de este segmento ultraespecializado.
¿Estáis de acuerdo conmigo en que no nos tendría que resultar tan difícil conseguir que los organizadores de eventos prescribieran enoturismo a sus clientes corporativos? ¿Y porqué lo hacen tan poco?
La respuesta merece una importante reflexión.
(c) Alicia Estrada, 2010.
Muy interesantes las reflexiones.
ResponderEliminarA ver si entre todos logramos avanzar en este camino.
Gracias Alicia por compartir las notas.
Lluís. Penedès
Gracias a ti Lluís. Hace tiempo que no nos vemos. Me debes un Merlot.
ResponderEliminarEspero verte en el Cavatast.
Interesantes reflexiones Alicia. ¿Existen datos actuales sobre como avanza el sector del enoturismo y los eventos?
ResponderEliminarGracias. Ricard Isidro
Alicia, esto va a cambiar bien pronto....
ResponderEliminarUn saludo