septiembre 06, 2009

- Taxi wine Tour (1)

Hacer enoturismo y conducir suelen ser dos actividades que a menudo no se llevan bien. Llegar a una bodega y no rematar la visita con una pequeña degustación, diezma el interés turístico de los aficionados al vino. A este problema se suma muchas veces la dispersión de las bodegas que deseamos visitar y que hace inevitable coger el coche.

En el caso de los grupos, el autobús es una buena medida. Si haces enoturismo en una zona como Rioja es posible acomodarse al horario del enobus, aunque estos autobuses tienen un alcance muy limitado, por capacidad, fechas etc. ¿Qué opción nos queda si queremos catar los vinos de las bodegas visitadas, no coger el coche y además movernos entre bodegas. ¿Un taxi?

La noción de taxi turístico no es nueva. Hace bastantes años tuve ocasión de participar en mi pueblo, Getxo, en Bizkaia, en la creación de este producto. El taxi turístico en Getxo servía para ofrecer una visita guiada por un pueblo de gran dispersión de terreno, a quienes se acercaban a la oficina de turismo. El número de visitantes del pueblo no justificaba salidas regulares con un guía, pero contar con taxistas adheridos al proyecto permitía conciliar los intereses de los viajeros y del ayuntamiento.

Los taxistas se sumaban libremente al proyecto. Recibían una formación práctica sobre cómo realizar la ruta y un número básico de datos sobre la historia y los monumentos del pueblo. Se fijó un tiempo para el recorrido y se estipuló un precio que todos los taxistas debían respetar. El servicio se promocionaba desde la Oficina de turismo y cuando algún viajero lo solicitaba, la oficina simplemente iba llamando alternativamente a los taxistas adheridos.

A mi la solución me parece sencilla y fácil de implementar, y creo que traspasable al mundo del vino, incluso más fácilmente que en el entorno de una visita a una población, por que aquí no se trata de que el taxista actúe de guía, simplemente se trata de que haya una organización conjunta con las bodegas o la oficina de turismo, para ofrecer el servicio.

Estas vacaciones, le comentaba el proyecto a una persona responsable de la dinamización enoturística de una ruta. Enseguida me mostró todas las precauciones del mundo sobre mi afirmación. “No conozco a nadie que lo haga” –me dijo-, “Lo hacen en Saint Emilion, le contesté“. Es difícil pensar que los bordaleses saben poco de enoturismo. Así que, mi siguiente paso fue contarle al amigo cómo se organiza el enotaxi en Saint Emilion. En el próximo post lo compartimos, si os parece.
Espero que todos hayáis tenido unas vacaciones excelentes y que la vendimia venga muy bien. Ya estoy integrada en la vorágine, así que nos seguimos viendo por aquí.


(c) Alicia Estrada, 2009.

2 comentarios:

  1. Dirigiendo Villa del Duque en Bodegas Valdivia, sugería a alguna de las empresas especializadas en transportes turísticos, la creación de un producto basado en motos con sidecar (por aquello de Jerez + Circuíto).

    No es lo mismo claro, pues Alicia habla de un servicio universal y lo del sidecar sería más restringido, pero lo dejo ahí por si alguien quiere retomar el testigo...

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  2. Realmente atractiva la propuesta. Siempre he querido pasear por los viñedos en plan Isadora Duncan, en un coche antiguo o en una moto con sidecar, gafas clásicas y vestimenta decadente, un atardecer y una copa de vino...
    Creo que el tipo de iniciativas que comentas, aunque no pueden generalizarse, personalizan un destino y son generadoras de experiencias inolvidables para quienes las viven. Ojalá encuentren continuidad.

    Ya he visto que ha salido el programa del congreso. Seguiremos atentos y por allí nos veremos.

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(c) Alicia Estrada