Cuando hablamos de enoturismo parece que siempre acabamos haciendo mención de bodegas, de museos, de espacios interpretativos en torno al vino, de hoteles, de vinoterapia etc. Pocas veces nos acordamos de negocios más pequeños, más modestos como las enotecas o los bares de copas. Aún más raro es encontrar (turísticamente hablando) dentro de los territorios de vino, pequeñas empresas que aportan complementariedad a los atractivos en torno al vino: librerías especializadas en temas de vino, tonelerías que ofrecen visitas turísticas; tiendas de cosmética o farmacias vinculadas a productos derivados de la viña y el vino etc. Aquí la lista puede crecer tanto como nos permita nuestra propia imaginación.
Quería presentaros, hablando de negocios complementarios y a modo de ejemplo, un pequeño spa que desde la modestia y sencillez más rotunda ha logrado hacerse un lugar importante en su comunidad. Se trata del Spa Bourgogne Vignes et Bien-Etre
El Spa Bourgogne, no es un balneario, no tiene grandes instalaciones, ni grandes lujos, tampoco ofrece decenas de programas de vinoterapia. Nada de eso. Es simplemente un pequeño Spa urbano que optimiza sus ventajas. Se sitúa en Meursault, la capital de los grandes vinos blancos de Borgoña y ofrece simplemente un momento de relax y bienestar a los enoturistas que llegan a Borgoña a conocer grandes bodegas. Si amas el vino, si te entusiasma el mundo del vino, acabarás cansado y disfrutar de unos minutos de relax en una bañera con forma de gran tino, y saboreando los placeres de los antioxidante de la uva sobre tu piel... seguro que es un placer que puedes permitirte y que además lo contemplas desde la simpatía, la complicidad y una perfecta complementariedad a tu afición al vino.
El Spa por supuesto está basado en productos derivados del vino de Borgoña y ofrece incluso una gama sencilla de vinos especialmente seleccionados, parece ser que para el público femenino. Regalar una botella con una etiqueta con una línea muy definida del SPA BOURGOGNE COSMÉTIQUES, supone un valor diferencial, quizás para una mujer que puede que ame el vino pero que además puede descubrir en su regalo, notas de salud, (la cosmética, el spa, los antioxidantes de la uva), de turismo y descubrimiento (Borgoña), de territorio (Vinos blancos de Borgoña), de diferenciación (un vino comprado en un SPA), de cuidado, de mimo de quien hace este regalo... (la estética de la botella y la etiqueta) etc.
¿Cómo se vende el SPA Bourgogne? Pues evidentemente pactando con los hoteles de la zona, con las cosas rurales, dejando información y folletos en la oficina de turismo, estando presente en los soportes de comunicación turística y enológica del territorio etc.
En fin, con esto sólo pretendía aportar una pequeña nota que se sume al post que escribí recientemente de “Países de vino sin vino”. No hace falta descubrir grandes cosas para formar parte del mundo del enoturismo, si uno está evidentemente posicionado en un territorio diferencial. Se puede jugar la carta de la complementariedad de una forma original, sencilla, respetuosa con el territorio y las tradiciones de éste. Sin olvidarnos de las expectativas de los enoturistas que nos visitan, qué buscan y que esperan encontrar en nuestro destino.
(c) Alicia Estrada. 2009
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