Por otro lado, estos días he seguido con mucho interés el
amplísimo programa de actividades que está convocando Fenavín para la edición
2015. Realmente supone un esfuerzo encomiable por la cantidad y calidad de los
participantes. Creo además que todos los que de alguna forma trabajamos en el
mundo del enoturismo agradecemos que un certamen estrictamente enológico, dé
entrada a propuestas en torno a la cultura del vino -muchísimas y muy
importantes-- y mucho más tímidamente al enoturismo. No es lo habitual. Siempre
parece que el mundo del vino camina por autopistas y buenas carreteras y el
enoturismo por tierras ignotas y caminos aún de muleros.
Hasta aquí las cosas buenas. Me permito ahora un comentario que espero sea entendido como constructivo, pues este es mi único interés.
Cuando participé como miembro del jurado en los premios de
enoturismo de Catalunya sé que fui invitada como profesional del mundo del
turismo, pero yo era la única representante de este sector. Si hablamos de
premios de eno-turismo, hubiera esperado al menos una paridad en la
representación o un porcentaje de representación realizado con cierta
ponderación, pero no fue así.
Paso al programa de Fenavín.
¿Dónde está la gente del mundo del turismo, cuando se trata de hablar de
enoturismo? ¿Es que el enoturismo no pertenece a las disciplinas del turismo?
Pediría muy expresamente que no se entienda que minusvaloro
la importancia de las personas que van a intervenir hablando de enoturismo en
el foro de Fenavín. En absoluto. Sólo indico que echo en falta una pequeña
representación de profesionales del turismo, desde luego profesionales ligados
al turismo del vino, el turismo cultural etc.
Recuerdo a este respecto las palabras con las que PaulWagner abre siempre sus conferencias: "El enoturismo no existe, sólo existe
el turismo"
No seré tan extremista en mis peticiones pero a la hora de
trabajar en enoturismo, de alguna forma hay que dar pie a los profesionales del
turismo. Sólo de esta forma vamos a lograr que el enoturismo sea una
alternativa real de crecimiento económico, de sostenibilidad, de pervivencia
del patrimonio etc. en las bodegas y los territorios de vino.
Ya sé que me repito y vuelvo insistentemente sobre este
tema. Quizás sea mi cruzada personal, pero la creo necesaria. ¡Saludos!
(c) Alicia Estrada, 2015.
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