¿Cansados de hablar de enoturismo?
…Y cansados de ver pocos resultados. La administración, las bodegas, los
restaurantes, las enotecas… todos hemos hecho importantes esfuerzos para
implicarnos en la formación, en la creación de producto, en el posicionamiento
de nuestras empresas, en la promoción del territorio etc. pero no acabamos de
dar un salto importante a la venta, a la comercialización. En muchas
ocasiones las empresas se conforman con intentar rentabilizar los recursos
invertidos en enoturismo, en imagen de marca, en captación de potenciales
clientes, en labores de relaciones públicas etc. Las administraciones se
sienten únicamente vinculadas a la promoción y sobre ellas pesa además la
dificultad –por cuestiones de presupuesto– de abordar la promoción en mercados
no domésticos.
¡Hay que vender enoturismo! Y me lanzo al
ruedo esbozando un par de reflexiones para el diálogo compartido. La administración tiene que vincularse a la
venta del enoturismo, lo que no quiere decir que ella deba intervenir en las
transacciones. En absoluto. Este dominio corresponde únicamente a las empresas. El papel de la
administración puede estar vinculado a procurar los soportes digitales o la
plataforma que favorezca el comercio electrónico de los actores del enoturismo
en el territorio. Ya conocemos unas cuantas experiencias en este sentido.
¿Y qué hacer desde las empresas
enoturísticas? Creo
que si a una bodega le preguntáramos por el elemento clave en la venta de
vinos, muchas nos hablarían de la gran dependencia de la distribución y de las
decisiones vinculadas a ésta: cómo elegir el distribuidor adecuado para nuestro
producto; en qué mercados vender; ¿tomamos la decisión de exportar?;
¿elaboramos marcas distintas para distintos canales? ¿En qué línea de precios
nos vamos a situar?…
Si la distribución en el mundo del vino
resulta crucial pero compleja, me parece que en el mundo del turismo, aún lo es
más.
¿Cuál es la gran ventaja de la distribución turística? De entrada es mucho más
barata que la distribución del vino; me permite poner mi producto a la venta en
cualquier parte del mundo sin mover stocks etc. Pero exige un conocimiento
técnico que la empresa enoturística debe compartir también. Un elemento
muy importante para tener en cuenta. La distribución turística no sólo está
pensada para bodegas, casas rurales, restaurantes etc. que busquen la venta a
través de intermediarios tipo agencias de viajes u organizadores de eventos.
Internet está poblado de lo que yo llamo “Intermediarios tecnológicos”, de
nuevo plataformas que permiten a las empresas de un territorio ponerse en
contacto directamente con sus clientes, ¡vender!
Hay muchas vías para comercializar nuestros
productos de enoturismo y existen también compradores, muy cerca de nosotros, a
los que no conocemos y que pertenecen al sector turístico. ¡Hay que
avivar el diálogo entre ambos mundos, el turismo y el vino! Seguro que
conversando podemos ganar todos.
(C)Alicia Estrada. 2015
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