La mayoría de las agencias españolas que operan en el sector del turismo del vino y gastronómico, acaban de fundar la “Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómico”.
Esta Asociación nace con la vocación decidida de aglutinar a todas las agencias de intermediación de este sector, para contribuir a su regulación y desarrollo. El enoturismo y el turismo gastronómico son fenómenos que van muchas veces de la mano. Todavía son incipientes en nuestro país, pero cada vez interesa a más número de viajeros, y se están revelando como un complemento ideal para las actividades de ocio. En la actualidad hay un nuevo interés por la cultura del vino, también ha crecido el interés por las bodegas: se cuida el paisaje, arquitectos de renombre proyectan o rediseñan los edificios, se acentúa el valor histórico de algunas bodegas, se asocia la elaboración del vino al arte, se levantan pequeños hoteles temáticos en las propias viñas, etc. Todo un nuevo movimiento denominado "turismo enológico o enoturismo", presente en países de tradición vitivinícola, un nuevo turismo para gente curiosa que quiere conocer los productos, la bodega, las viñas y descubrir el placer que puede proporcionar el vino. El turismo enológico irrumpe con fuerza en estos primeros años del siglo XXI. Forma parte de la rama más cultural del turismo, aquella que atiende mas a la satisfacción intelectual, pero también tiene en común con el resto del turismo los nuevos acentos de sensualidad, curiosidad por lo ancestral, aprecio por el hedonismo, etc. que persigue el viajero moderno.
Lo mismo ocurre con la gastronomía. Nunca como ahora hay una atención más sobresaliente por este mundo. La satisfacción culinaria se ha convertido en un factor decisivo para nuestras necesidades de ocio. El viajero sofisticado quiere cada vez más conocer de primera mano los productos gourmet y la historia que hay detrás, entendiéndolo como una parte de la cultura que, además, proporciona un auténtico placer a los sentidos. Visitar almazaras y aprender a catar aceites, probar quesos auténticos junto a su elaborador, conocer el maravillo mundo rural que rodea al jamón ibérico, participar en clases de cocina… son ejemplos de actividades que conforman el turismo gastronómico, además por supuesto, de disfrutar de la oferta de los restaurantes que ofrecen calidad. Por su juventud estos sectores están débilmente regulados, con muchos agentes que operan con escasa colaboración y coordinación. De esta manera se dificulta la transimisión de experiencias y el desarrollo de estos nuevos mercados, cualquier crecimiento transcurre de forma más complicada. Por otra parte, cuentan con un importante efecto de reclamo para el turismo internacional de alto nivel, cuyo incremento debe ser un objetivo fundamental de los distintos organismos que operan en el sector turístico.
La Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómico quiere intervenir en este panorama con el fin de darle nuevos impulsos al mercado del ocio, una fuerza más profesional y con nuevas propuestas que generen más satisfacción en los viajeros.
La primera Junta Directiva está compuesta por: Presidente: José Antonio Cruz (EntreVinos); Vicepresidenta: Cristina Alonso (Rutas de Vino–Vintage Spain); Secretaria: Marta Angulo (A Taste of Spain Travels); Tesorero: José Manuel Calleja Amurrio (Eventos de Cata); Vocales: Genevieve McCarthy (Cellar Tours), Gabriella Ranelli (Tenedor Tours); Jaime Baeza (Instintos); Carlotta Casciola (Alacarta Wine Tours); y Pilar Latorre (Pilar Latorre World Cussine).
Esta Asociación nace con la vocación decidida de aglutinar a todas las agencias de intermediación de este sector, para contribuir a su regulación y desarrollo. El enoturismo y el turismo gastronómico son fenómenos que van muchas veces de la mano. Todavía son incipientes en nuestro país, pero cada vez interesa a más número de viajeros, y se están revelando como un complemento ideal para las actividades de ocio. En la actualidad hay un nuevo interés por la cultura del vino, también ha crecido el interés por las bodegas: se cuida el paisaje, arquitectos de renombre proyectan o rediseñan los edificios, se acentúa el valor histórico de algunas bodegas, se asocia la elaboración del vino al arte, se levantan pequeños hoteles temáticos en las propias viñas, etc. Todo un nuevo movimiento denominado "turismo enológico o enoturismo", presente en países de tradición vitivinícola, un nuevo turismo para gente curiosa que quiere conocer los productos, la bodega, las viñas y descubrir el placer que puede proporcionar el vino. El turismo enológico irrumpe con fuerza en estos primeros años del siglo XXI. Forma parte de la rama más cultural del turismo, aquella que atiende mas a la satisfacción intelectual, pero también tiene en común con el resto del turismo los nuevos acentos de sensualidad, curiosidad por lo ancestral, aprecio por el hedonismo, etc. que persigue el viajero moderno.
Lo mismo ocurre con la gastronomía. Nunca como ahora hay una atención más sobresaliente por este mundo. La satisfacción culinaria se ha convertido en un factor decisivo para nuestras necesidades de ocio. El viajero sofisticado quiere cada vez más conocer de primera mano los productos gourmet y la historia que hay detrás, entendiéndolo como una parte de la cultura que, además, proporciona un auténtico placer a los sentidos. Visitar almazaras y aprender a catar aceites, probar quesos auténticos junto a su elaborador, conocer el maravillo mundo rural que rodea al jamón ibérico, participar en clases de cocina… son ejemplos de actividades que conforman el turismo gastronómico, además por supuesto, de disfrutar de la oferta de los restaurantes que ofrecen calidad. Por su juventud estos sectores están débilmente regulados, con muchos agentes que operan con escasa colaboración y coordinación. De esta manera se dificulta la transimisión de experiencias y el desarrollo de estos nuevos mercados, cualquier crecimiento transcurre de forma más complicada. Por otra parte, cuentan con un importante efecto de reclamo para el turismo internacional de alto nivel, cuyo incremento debe ser un objetivo fundamental de los distintos organismos que operan en el sector turístico.
La Asociación Española de Enoturismo y Turismo Gastronómico quiere intervenir en este panorama con el fin de darle nuevos impulsos al mercado del ocio, una fuerza más profesional y con nuevas propuestas que generen más satisfacción en los viajeros.
La primera Junta Directiva está compuesta por: Presidente: José Antonio Cruz (EntreVinos); Vicepresidenta: Cristina Alonso (Rutas de Vino–Vintage Spain); Secretaria: Marta Angulo (A Taste of Spain Travels); Tesorero: José Manuel Calleja Amurrio (Eventos de Cata); Vocales: Genevieve McCarthy (Cellar Tours), Gabriella Ranelli (Tenedor Tours); Jaime Baeza (Instintos); Carlotta Casciola (Alacarta Wine Tours); y Pilar Latorre (Pilar Latorre World Cussine).
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