Voy a guardar este folleto como un maravilloso ejemplo de lo que yo entiendo NO debe hacerse nunca cuando se habla de enoturismo.
El producto se limita a una selección de 12 hoteles. No hay más. Pero esto no es lo peor, porque hoy en día sabemos que muchos hoteles, a falta en el destino de operadores de actividades o receptivos, han asumido un papel activo de dinamizadores y ofrecen conjuntamente con bodegas o museos próximos, posibilidad de hacer catas, cenas maridadas, visitas a bodegas etc. No hay nada de esto, ni siquiera una referencia genérica.
Seguimos con los despropósitos. Leo los textos de los hoteles y veo que están cogidos directamente de algún manual para viajeros de empresa posiblemente. Ni una palabra que sugiera experiencias, sensaciones, vivencias, amistad, descubrimiento, calor, proximidad, ni vino naturalmente... pero en cambio me entero que puedo hacer enoturismo en un hotel que completa sus instalaciones con salas modulares para eventos y otro que ofrece instalaciones cómodas muy indicadas para representantes y personas de negocios, otro que está cerca de una zona de cines y un centro comercial... Cuando hay indicaciones de vinos o gastronomía es pura casualidad y en un contexto, lo dicho, dirigido a viajeros de negocios. Si a la hora de hacer un folleto no pensamos en los receptores de la experiencia, cómo son, qué esperan, qué quieren leer, qué quieren encontrar, cuáles son sus expectativas... el éxito será realmente difícil de alcanzar.
¿Por qué la administración apoya iniciativas como ésta? O por qué Marsans no hace un poco mejor las cosas tratándose de enoturismo. Estoy totalmente segura que a esta agencia le interesa vender Rioja y le interesa vender enoturismo, “le interesa vender” sencillamente.
Por cierto, el folleto es de Marsans, que algunos que me conocen profesionalmente saben que es mi competencia directa, pero no quiero centrar todas las críticas sobre esta agencia. Estoy segura que otras muchas, tan grandes como Marsans, harían las cosas exactamente de la misma forma. Sí me ha sorprendido más la actuación de la administración riojana que yo creo, está haciendo las cosas con muy buenos pasos, cuando se trata de enoturismo.
Para terminar. Hemos hablado muchas veces de la falta de comunicación entre el sector vitivinícola y el sector turístico. Si seguimos haciendo las cosas tan mal, difícilmente el enoturismo va a ser una realidad comercializable en nuestro país (y si no se vende, algo va mal), y mientras tanto agotaremos recursos y sembraremos el desánimo y la desconfianza en el sector vitivinícola y los operadores turísticos que sí están haciendo las cosas bien. ¿Cuándo vamos a empezar a hablar ambos sectores? ¿Nos podemos empezar a sentar juntos alguna vez?
(C) Alicia Estrada 2009
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