Como veréis, es un acercamiento al enoturismo experiencial,
una forma sencilla de hablar de las emociones y los recuerdos memorables que
vivimos cuando un productor, un bodeguero, un restaurador... comparte con
nosotros su mundo, su trabajo, su historia.
El turismo experiencial parte de los visitantes y sus
expectativas, y articula un discurso emocional entre los visitantes y las
bodegas o los actores del territorio. Sí, lo importante son las emociones de
ellos y nada más rentable para conseguir buenos resultados que enhebrar mis
emociones con las de mis visitantes buscando lazos de unión memorables a través
de mi historia. Dicho así parece sencillo pero no lo es.
Aquí os dejo mi presentación en la que se desarrolla de una
forma, espero que también experiencial, mi punto de vista sobre qué es el
enoturismo.
(C) Alicia Estrada, 2014.
(C) Alicia Estrada, 2014.
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