diciembre 20, 2009

Identidad distribuida, el caso de las Rutas del Vino

Contemplar Internet como un espacio de relación entre los usuarios o entre el mercado y las empresas parece poco cuestionable actualmente. Sin duda, Internet se ha convertido en una plataforma bidireccional, una conversación continua.

Lo más destacable de esta situación es que aunque nosotros, nuestras empresas, nuestros territorios… seamos cautos con el lanzamiento de mensajes al mercado, el mercado está lleno de mensajes referidos precisamente a nosotros, a nuestras bodegas, nuestras Rutas, nuestros productos etc.

¿Quién lanza estos mensajes? Pues cualquiera que quiera hacerlo. El tema de las Rutas del vino es para mi uno de los casos dentro del enoturismo, más destacable. La presencia de los entes gestores de las Rutas, en los formatos bidireccionales de la red, es mínima. Algunas rutas tienen una presencia circunstancial dentro de Facebook por ejemplo, otras como La Rioja han creado sus propios espacios de conversación (aunque tendrán que controlar otros muchos) pero en general estamos dejando que nuestros productos, nuestros territorios, nuestra forma de entender la cultura del vino… estén representado en la red por las visiones de nuestros propios clientes, de nuestros socios en los entes gestores, de los intermediarios turísticos casi siempre y a veces incluso por nuestros competidores.

Creo que aquí los representantes de las Rutas de Vino tienen una gran labor por hacer. Por un lado de control, es lo que ha venido en llamarse “Gestión de la reputación on line”. Tenemos que saber qué se dice de nosotros en la red y tenemos que aprovechar lo positivo y atenuar lo negativo, a la vez que aprendemos de lo malo e implementamos medidas de corrección.

Por otro lado tenemos que cohesionar a todos los agentes implicados (nuestros socios, los intermediarios turísticos, la administración) para emitir en la red mensajes de coherencia que apunten en la misma dirección. Si todos emitimos mensajes en la misma onda, aumentaremos las posibilidades de éxito de nuestra comunicación. Emitir mensajes dispersos, sólo crea confusión entre los usuarios.

Por último tenemos que estar en los medios en los que nuestros clientes reales y potenciales, hablan, preguntan, comentan, se comunican, critican, censuran, apuntan datos de interés para otros viajeros, intercambian fotos, videos etc. Es decir tenemos que participar en las conversaciones y tenemos que entender, que nos guste o nos disguste, hoy en día, la identidad de nuestras empresas y nuestros territorios pasa por la identidad distribuida, en muchas manos y en muchas bocas. ¿Todas, menos la nuestra?

(c) Alicia Estrada, 2009

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