abril 26, 2015

¿Cansados de hablar de enoturismo?


¿Cansados de hablar de enoturismo?

…Y cansados de ver pocos resultados. La administración, las bodegas, los restaurantes, las enotecas… todos hemos hecho importantes esfuerzos para implicarnos en la formación, en la creación de producto, en el posicionamiento de nuestras empresas, en la promoción del territorio etc. pero no acabamos de dar un salto importante a la venta, a la comercialización. En muchas ocasiones las empresas se conforman con intentar rentabilizar los recursos invertidos en enoturismo, en imagen de marca, en captación de potenciales clientes, en labores de relaciones públicas etc. Las administraciones se sienten únicamente vinculadas a la promoción y sobre ellas pesa además la dificultad –por cuestiones de presupuesto– de abordar la promoción en mercados no domésticos.

¡Hay que vender enoturismo! Y me lanzo al ruedo esbozando un par de reflexiones para el diálogo compartido. La administración tiene que vincularse a la venta del enoturismo, lo que no quiere decir que ella deba intervenir en las transacciones. En absoluto. Este dominio corresponde únicamente a las empresas. El papel de la administración puede estar vinculado a procurar los soportes digitales o la plataforma que favorezca el comercio electrónico de los actores del enoturismo en el territorio. Ya conocemos unas cuantas experiencias en este sentido.

¿Y qué hacer desde las empresas enoturísticas? Creo que si a una bodega le preguntáramos por el elemento clave en la venta de vinos, muchas nos hablarían de la gran dependencia de la distribución y de las decisiones vinculadas a ésta: cómo elegir el distribuidor adecuado para nuestro producto; en qué mercados vender; ¿tomamos la decisión de exportar?; ¿elaboramos marcas distintas para distintos canales? ¿En qué línea de precios nos vamos a situar?…

Si la distribución en el mundo del vino resulta crucial pero compleja, me parece que en el mundo del turismo, aún lo es más. ¿Cuál es la gran ventaja de la distribución turística? De entrada es mucho más barata que la distribución del vino; me permite poner mi producto a la venta en cualquier parte del mundo sin mover stocks etc. Pero exige un conocimiento técnico que la empresa enoturística debe compartir también. Un elemento muy importante para tener en cuenta. La distribución turística no sólo está pensada para bodegas, casas rurales, restaurantes etc. que busquen la venta a través de intermediarios tipo agencias de viajes u organizadores de eventos. Internet está poblado de lo que yo llamo “Intermediarios tecnológicos”, de nuevo plataformas que permiten a las empresas de un territorio ponerse en contacto directamente con sus clientes, ¡vender!

Hay muchas vías para comercializar nuestros productos de enoturismo y existen también compradores, muy cerca de nosotros, a los que no conocemos y que pertenecen al sector turístico. ¡Hay que avivar el diálogo entre ambos mundos, el turismo y el vino! Seguro que conversando podemos ganar todos.

(C)Alicia Estrada. 2015
 
(c) Alicia Estrada