febrero 26, 2009

Está de moda diseñar rutas de enología y gastronomía

Si hay una palabra de moda estos días en el mundo del turismo gastronómico y enológico, esa es la palabra “Rutas”. Todo el mundo anda preocupado diseñando la suya. Al margen de las rutas más conocidas como las que aglutina ACEVÍN, son múltiples las rutas gastronómicas y enológicas que se están gestando o que se están recogiendo pues muchas de ellas cuentan ya con años de vida.

¿Sirve para algo una ruta enológica o gastronómica? Pues yo creo que para mucho. En primer lugar y esto siempre me parece muy interesante, cohesiona, une a los distintos agentes que en un territorio pueden pasar a trabajar con objetivos comunes. Además una ruta normaliza, homologa, pone las bases comunes de un proyecto territorial etc. Hasta aquí todo muy bonito.

¿Cuál es el problema de las rutas? En mi opinión una de las deficiencias más habituales es que muchas de las rutas que se diseñan en este país no aguantan más que el papel. No han sido diseñadas para ponerse en práctica como productos turísticos y mucho menos para ser comercializadas.

En muchos casos, una ruta se limita a un repertorio de recursos enológicos, de gastronomía, alojamientos, restaurantes, productos... + un folleto o página web. Sí, hay un hilo argumental pero el argumento no tiene ni pies ni cabeza y cuando a los actores no les das papel, mandarlos salir al escenario y actuar, resulta una apuesta casi seguro de fracaso o de olvido.

Algunas veces encuentras público participativo que está dispuesto a invertir horas enteras en hacer llamadas de teléfono a bodegas de horarios imposibles, a mandar mensajes a productores locales cuya actividad catalogada como artesana por la ruta, no pasa de ser una nave industrial sin mayor encanto. Gente animosa que pretende encontrar un domingo, pequeñas tiendas abiertas donde adquirir los productos que con tanta devoción presenta la ruta. Pero esto no es un producto turístico. En mi opinión, ¡claro!

Entre otras muchas cosas, una ruta es un producto vivo que necesita dinamización continua y permanente de un profesional. No basta con crear un folleto o una página web escaparate. Hay que dotarla de contenido, de actividades... hay que comunicar y contar cosas nuevas... hay que hacer pedagogía... hay que promocionar la ruta asistiendo a eventos y ferias... hay que evaluar con rigor y cierta periodicidad a los actores locales de la ruta y no dudar en dejar al margen a quienes no se homologan o cuyas actuaciones caminan por derroteros perjudiciales para el resto de integrantes. Y sobre todo y para mi uno de los factores clave: una ruta tiene que poder comercializarse y venderse.
Siempre acabo diciendo lo mismo: no por tener una bodega estupenda, tenemos un producto enoturístico, no por tener un montón de empresas locales cuya actividad gira en torno al vino, tenemos una ruta turística. Hay que tener productos vendibles y lo más importante, alguien que los venda.

(c) Alicia Estrada

febrero 25, 2009

Nueva publicación on line sobre el vino catalán

Dicen que cada vez que nace un niño viene con un pan debajo del brazo. Yo siempre he creído que esto es así porque los niños vienen de París y ya se sabe la afición francesa al buen pan (“Le pain” que dicen ellos, en plan mucho más “fisno”). Todo este rodeo no es más que una manera de hacerme la importante. En realidad lo único que quería escribir es que hoy miércoles hemos “tenido” una nueva página de vinos. En este caso, el feliz nacimiento es en torno a los vinos y el sector vitivinícola catalán.

El niño se llama http://www.vadevi.cat/ Recién nacido y ya habla molt bé el catalá (no como yo, que a pesar de mi doble nacionalidad, envejeceré por estos lares y sigo con la txapela vasca a cuestas y un acento del mismo Getxo que no se lo salta un gitano). El padre es el periódico AVUI y madres y abuelas debe tener muchas porque se cría gordito y muy majo (¡Claro!, que igual la verdadera razón hay que buscarla en los biberones del nen, que el vino es un gran reconstituyente). Apunta buenas maneras.

Aunque nace sin sección de enoturismo (yo al menos no se la he visto) le deseamos a VADEVI una larga y feliz vida. ¡Para celebrar el nacimiento, ya veis que hoy me he atravido con un vino muy viejo! Ummm, un viejo fondillón de Alicante, néctar de dioses, dicen. ¡Ecléctica que es una! (Pensar en un cava hubiera sido demasiado sencillo)

Qué no se me olvide darle las gracias a mi amigo Castellví, que hace honor a su apellido estando siempre atento a lo que acontece en el mundo del vino. Él me pasó puntualmente la noticia. ¡Salut!


(c) Alicia Estrada

febrero 20, 2009

Proyecto enoturístico: El Pueblo de Bages

Hoy quería compartir con vosotros un producto enoturístico en el que el vino forma parte de un complejo universo que va mucho más allá del producto. Se trata del Pueblo de Bages “Pueblo de sabores y vino” situado en Burdeos, en los viñedos de Pauillac, entre el Atlántico y el País Vasco Francés. Todo este proyecto se debe a Jean Michel Cazes, un viticultor, propietario de un “Grand Cru” y que cuenta también con un Hotel Chateau & Relais, etc.

Jean Michel procede de una familia de Bages. Durante muchas generaciones Bages fue un pueblo próspero que vivía de la viticultura y la venta de sus vinos, sin embargo el pueblo no evolucionó al mismo ritmo que la vida y poco a poco fue perdiendo población y comercios y languideciendo. La idea genial de Cazes fue recuperar el espíritu del pueblo y crear una serie de negocios en torno al vino y la vida cotidiana de un pueblo vitícola francés y hacerlo sobre las casas, las calles, los establecimientos públicos que habían formado parte, años atrás de la vida de su familia. Se trataba de crear un producto turístico que dinamizara un pueblo y a la inversa.

El primer negocio que Cazes sacó de las tinieblas, por el 2004, fue la panadería “Au Baba d’Andréa” en honor de su abuelo que había sido durante muchos años el panadero del pueblo. Se rehabilitaron una decena de casas que pronto fueron ocupadas y se creó un Café Bistrot, el Café Lavinal que sirve de restaurante “sympa” como dicen los franceses, cocina familiar y sin formalidades pero de calidad. Igualmente se restauró un edificio en el que se instaló un bazar-enoteca que vende vino y también objetos de arte. Actualmente hay también una biblioteca-librería y algunos talleres de artesanos, con programas culturales muy activos todos ellos.

El mérito de Jean Michel ha sido además, haber llevado al pueblo una escuela de cocina y una escuela de vinos y sobre todo haber sabido formar un “pool” de empresas que con el denominador común del vino y el turismo en el viñedo, están promocionando un producto común. En este grupo se encuentra un hotel próximo y la bodega de Cazes, así como un restaurante de la zona con dos estrellas Michelin ¿Y quién se encarga de la promoción y comercialización de todo esto? Pues han creado su propia agencia receptiva, especialista en paquetes a medida por el viñedo de Burdeos.

Si tenéis ocasión de viajar por esta zona no dejéis de conocerlo. Es un homenaje a una forma de vida, a una cultura, a una manera de entender el tiempo... no sólo vino, son emociones y a su vez, tengo la sensación, y esto es lo mejor, de que se trata de un buen negocio. Os dejo la referencia de su web http://www.villagedebages.com/

¿Cuántos pueblos de éstos tenemos en Rioja, en Somontano, en La Mancha, en Yecla, en.... ¿Alguien se le ocurre alguna idea para no perder todo este patrimonio?
(c) Alicia Estrada

febrero 16, 2009

Sobre los guías de enoturismo

Estaba hoy actualizando un documento de trabajo que resume todo un cuestionario de preguntas que utilizo internamente cuando debo comenzar a realizar un proyecto con un territorio. Para evitar posibles despistes y subsanar alguna carencia, lo he contrastado con otro vademécum, eso sí, de tipo institucional. Exactamente con un documento de Vintur y las rutas europeas del vino.

En mi cuestionario yo dedico un capítulo entero al tema de los guías turísticos y enoturísticos en el territorio. En el documento de Vintur, se habla ciertamente de agencias receptivas pero ni una palabra de guías y me parece que esto es lo habitual cuando de enoturismo hablamos.

Creo que aquí volvemos a topar con la cuestión clásica de las distancias que separan a los profesionales del vino y los del turismo. Para nosotros, profesionales del viaje y las emociones, el papel del guía turístico es clave. Un buen guía y sobre todo una buena empresa de guías, puede ayudarnos incluso a montar un producto donde no existe. Un mal guía, te descalabra el mejor viaje. La ausencia de guías turísticos te complica enormemente la organización de un viaje para un grupo.

No entiendo que las DO y los entes de la administración turística, no tengan una preocupación mayor por este tema. Me gustaría abogar desde aquí y si puedo lo haré en otros foros, por la formación de guías específicos de enoturismo en los distintos territorios. Guías que puedan aunar conocimientos turísticos, geográficos, históricos.... con conocimientos sobre vino, vinificación, territorio, varietales, procesos, catas etc. Y que además sepan dinamizar grupos, hacer una acogida apropiada para cada tipo de visitantes etc. Y lo hagan en distintos idiomas.

No estamos hablando de enólogos o técnicos, estamos hablando de profesionales del turismo con excelentes conocimientos del producto y la cultura del vino y la gastronomía. Seguramente estos guías no podrán realizar las catas más técnicas pero las bodegas y los territorios tendrían en la mano una buena herramienta de comercialización de sus espacios, un problema menos cuando se trata de contratar personal a tiempo parcial o por servicios pues estos profesionales podrían atender a numerosas bodegas según las necesidades de cada una.

En estos tiempos además de despidos, crisis y aumento del número de parados, dinamizar proyectos de este tipo podría resultar un apoyo a la comunidad local, especialmente en el caso de jóvenes que conocen idiomas y a los que les cuesta acceder a un puesto de trabajo.

¿Qué opinais de este tipo de iniciativas? ¿Podrían ser válidas?

(c) Alicia Estrada

febrero 09, 2009

- Agencias de viaje ¿Sí o No?

Entre Fitures y Congresos he hablado bastante estos días con profesionales del sector vitivinícola y en muchas ocasiones hemos hablado de lo mismo. ¿Tiene vida la intermediación turística? ¿Podemos comercializar nuestros productos enoturísticos o gastronómicos nosotros solos o vamos a necesitar empresas de intermediación como agencias, Turoperadores, Organizadores de congresos... ¿

Para tomar decisiones sobre canales, no hay fórmulas mágicas. Dependerá del producto que cada uno tenga, dependerá de los mercados a los que quiera llegar, dependerá de los objetivos que quiera conseguir etc. Lo mismo que ocurre con la distribución de nuestro vino, puede haber mercados o productos, en los que la comercialización turística nos afecte exclusivamente a nosotros, pero habrá otras situaciones en los que para llegar al consumidor final hemos de confiar en la intermediación de un profesional.

En resumen. En nuestro plan de marketing de comercialización enoturística habrá que decidir qué productos distribuimos de forma directa y cuáles a través de intermediarios y tomar estas mismas decisiones también por mercados.

¿Tiene vida la intermediación turística? Yo creo que sí y larga vida. Nunca ha habido más intermediación que la hay en este momento. Si nos fijamos en el canal Internet, el número de intermediarios se ha multiplicado respecto a otros canales. Hablamos de intermediarios en los que tecnología y producto turístico van de la mano muchas veces, pero al final y al cambio “pura intermediación”.

En todo caso y hablando de la intermediación turística. No vale cualquiera. Todos los intermediarios turísticos no son válidos para un mismo producto y lo mismo que indagamos y pedimos referencias de otro tipo de proveedores, cuando de intermediación se trate, es necesario saber quién va a vender nuestro producto, cómo lo va a vender, quiénes son sus clientes, qué piensan sus clientes de su trabajo, cómo trabaja, en qué mercados vende, cómo va a promocionar nuestro producto, qué otros productos enoturísticos lleva en su portafolio.... Pensemos que esa empresa va a ser la imagen de nuestro producto o bodega y que en muchas ocasiones va a diseñar producto propio, usando nuestras infraestructuras, nuestros servicios y nuestro nombre.

A menudo cuando hablamos de intermediación sólo nos ocupamos de la comisión que tenemos que ceder, de la forma de pago o del tipo de servicio que vamos a prestar. En mi opinión antes de esto, hay que hacer otras muchas preguntas y así evitaremos sorpresas y sobre todo buscaremos intermediarios turísticos cuyos objetivos y formas de trabajo sean coherentes con la imagen de marca y la cultura de nuestra bodega y nuestros productos.

© Alicia Estrada

febrero 03, 2009

- "Yo pienso en vender vino, no en facturar por la organización de eventos en mi bodega"

Os anexo mi presentación con motivo del Congreso de enoturismo Wine Pleasure que tuvo lugar recientemente en Sitges. Como veis, traté el tema de la relación entre el enoturismo y el mundo de los eventos. ¿Hay sitio para el enoturismo en el sector MICE? Pues yo creo que sí y espero haber aportado algunos datos al respecto.

Después me hice algunas preguntas que supongo deben ser las que en muchas ocasiones algunos profesionales del sector vitivinícola se han hecho antes de iniciar su carrera enoturística. Las respuestas sólo pretenden ser pequeñas reflexiones pero espero que sean válidas para marcar un camino lo más recto posible hacia el sector turístico.

Como el tema tiene enjundia, os dejo mi presentación y espero vuestros comentarios. Yo también os aportaré algunos de los míos en post sucesivos.

(c) Alicia Estrada

febrero 01, 2009

- De vuelta de FITUR

He pasado unos cuantos días sin escribir en mi blog. Primero el congreso de enoturismo en Sitges, en el que realicé una ponencia sobre el turismo del vino y su relación con el sector turístico de organización de eventos y después Fitur.

Dudé en acudir a Fitur este año. Los pronósticos de huida de los grandes operadores y la crisis, enrarecían el ambiente. Finalmente pasé día y medio brujuleando entre el mundo de los viajes de empresa y el enoturismo, viendo viejos amigos y conociendo a otros. Referente a enoturismo aprecié un gran esfuerzo por parte de ACEVIN de presentar en público y con diferentes convocatorias para prensa y profesionales, las distintas rutas que van haciendo crecer su portafolio. ¿Oferta? Variada y no diré que escasa pero aún empezando a despegar.

Me sorprende la gran cantidad de operadores que se llaman de enoturismo cuyos productos tienen de vino, el que se desarrollan en territorios vitivinícolas y poco más. Ver las estrellas y terminar con una degustación de vinos o pasar el día haciendo bicicleta y atravesando algunos viñedos, no creo que pueda llamarse turismo enológico, si no se añade nada más. El enoturismo tiene que incidir de alguna forma en la cultura del vino, en cualquiera de las múltiples variantes que el vino nos ofrece: historia, patrimonio, tradiciones, producto, paisaje, folklore, arte, gentes etc. Por supuesto no me parece nada mal que existan estos operadores y esta tipología de productos, lo único que defiendo es que no se metan en el saco del enoturismo pues con ello sólo conseguiremos confundir a los visitantes y minimizar los esfuerzos que ahora estamos haciendo desde el enoturismo.

Otra constatación. El producto está muy disperso. Se ve desde la administración un esfuerzo por aglutinar en torno a las rutas, los distintos productos y operadores de los destinos enoturísticos pero cuando nos acercamos a la comercialización, ésta aparece como un enjambre que puede resultar difícil de eslabonar tanto para turistas como para profesionales. Por supuesto hay excepciones. Tuve ocasión de asistir a la presentación de vinos de Jerez y siempre me parece que sacan “cabezas” a otras muchas DO en esto de comercializar y segmentar sus productos.

Tuve ocasión de estar con Xavier y Núria de Natura y me alegro de ver que cuentan con un importante producto en torno al vino, con las dificultades añadidas de cubrir todo el estado e incluso abrirse a otros países como Francia. No es una labor fácil, desde luego y posiblemente estemos hablando del único “gran” touroperador especializado que tenemos en este país. (Todo lo grande que se puede ser en este sector).

Para terminar deciros que a pesar de la crisis y los malos augurios, creo que hay optimismo en torno al enoturismo. El sector vitivinícola va haciendo apuestas cada vez más profesionalizadas por el turismo y nosotros vamos poco a poco creyendo que se trata de un producto que los profesionales podemos comercializar. Me parece que todos estamos especialmente ilusionados con la llegada del enoturismo al sector de los eventos... pero esto es otro tema que nos dará para hablar largo y tendido.

© Alicia Estrada.
(c) Alicia Estrada